TARDE DE TOROS
La plaza es un fanal de rojo y oro
y la arena amarilla bien pintada
esperando que suenen los clarines
y la bandera del coso desplegada.
El toro sale ya de los chiqueros
los pitones, parecen dos guadañas
negro zaino, el color del pelo
y como abanicos sus pestañas.
El torero valiente lo recibe
y le muestra el capote complaciente
unos lances le da a la verónica
y escucha los aplausos de la gente.
Rompiendo el silencio de la plaza
se oyen los clarines anunciando
que el tercio de capa ya se acaba
y la muleta ha de torear mandando.
Ya sale el picador en su caballo
con chaquetilla bordada de oro y grana
y en el hombro la pica colocada
para hacer la suerte bien marcada.
Pero el toro, no piensa dar su vida
sin luchar en la arena frente a frente
a un torero, que piensa dar la suya
enfrentándose a la fiera muy valiente.
Que belleza, que empaque y señorío
como se mide el toro y el torero
el uno, inteligencia, el otro, poderío
los dos se pelean en el ruedo.
Así veo yo, en la plaza una corrida
colorido, belleza, arte y destreza
valor, cultura y señorío
¡y el animal, mas bello de la tierra!
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