CANTO AL TORERO
EL CID
Hoy he visto como
el Cid
en las Ventas
toreaba
y su capote
torero
las verónicas
bordaba.
Su muleta, bien
templada
sobre la arena
arrastrando
con temple con
valentía
su mano izquierda
¡mandando!
Un recital de
poesía
entre el torero y
el toro
los dos con gran armonía
midiéndose el
uno, al otro.
La plaza entera
de pié
aplaudiendo la
“faena”
mas, la espada se
negó
y a mí, ¡me dio
mucha pena!
Mas, su arte se
quedó
en la plaza de
las Ventas
nadie le puede
negar
¡esa vergüenza
torera!
Llorando salió a
la arena
a recibir los
aplausos
que Madrid le
dedicaba
por ser, un
torero honrado.
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