A UN MAESTRO DEL
TOREO
De negro luto están hoy
la mantilla y el clavel,
por la muerte de un torero
Madrileño y con caché.
Maestro de pura raza
que a la vida se enfrento
lo mismo que a los miuras
que en la plaza toreo.
Ya se cayó la trompeta,
los clarines y timbales,
por la muerte de un torero
¡lloran lagrimas a mares!
Hasta el cielo de las Ventas,
se cubrió de negro luto
y sus lagrimas cayeron
para darle su tributo.
Arrebujao, en su capote
se nos fue al cielo “Chenel”
a enseñar a torear
hasta el mismo Dios Jave.
Y los Ángeles del cielo
cuando lo ven torear,
aplauden ¡hasta sus alas!
por su maestría sin par.
Con su traje, ¡lila y oro!
y el capote de paseo,
echado sobre su caja
Así, se nos fue ¡¡El torero!!
Salió, ¡Por la puerta grande!
como salen los valientes
y su plaza de las Ventas
le dio su adiós mas doliente.
Hoy, Madrid, se quedo mudo
solo sabia llorar...
la pérdida de un maestro
¡¡Que sabia torear!!
1 comentario:
Poema con sentimiento. Chenel fué un torero como la copa de un pino.
Descanse en paz.
Besicos
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